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El Gobierno garantizó este domingo que la marraqueta o pan de batalla seguirá costando Bs 0,50 en el mercado boliviano, gracias a un robusto esquema de subsidios gestionado por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). El gerente Franklin Flores advirtió que, de eliminarse el apoyo estatal, el precio del pan se dispararía a Bs 1,10‑1,50, según los costos del sector panificador y precios comparables en Perú.

Emapa moviliza Bs 1 100 millones en subvenciones sobre materias primas —harina, manteca, levadura, azúcar— y distribuye actualmente 10 000 bolsas diarias de harina de 50 kg, recuperando el ritmo tras los retrasos logísticos provocados por los bloqueos en junio.

En lo que va del año ya se entregaron 912 000 bolsas de harina de un total planificado de 2,4 millones, asegurando la continuidad de la producción de pan de batalla con un estándar de 60 g por unidad.

Para evitar fugas y especulaciones, las autoridades implementan operativos de control en puntos de venta, fronteras y hornos, además de exigir listados diarios de distribución. El objetivo es impedir que el pan subvencionado se venda en mercados fronterizos (en Desaguadero llegó a Bs 1,50) o que se comercialice con sobreprecio.

Frente a propuestas privatizadoras, Emapa advirtió que cerrar esta institución estatal tendría “graves consecuencias para el sector más vulnerable”, elevando los precios y reduciendo el acceso a alimentos básicos. El acuerdo entre el Estado y los panificadores, respaldado por controles logísticos y aduaneros, busca garantizar estabilidad de precios, calidad y abastecimiento continuo.

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